lunes, 22 de febrero de 2010


EL COMIC EN LOS PAISES DE EUROPA

ALEMANIA
Alemania tendría a uno de los pioneros del cómic, Wilhem Busch. Su estilo audaz y animado, y sus metáforas visuales, que reflejaban el movimiento y los estados psicológicos, fueron muy imitados. La más celebrada de las creaciones de Busch fue la pareja de pilluelos "Max und Moritz"; esos dos "niños terribles" del humor alemán fueron creados en el año 1865.
Ya por el año 1934, la tira cómica más popular fue "Vater und Sohn" (, que desarrollaba historias jocosas y sin palabras protagonizadas por un caballero y su travieso hijo. En la época de Hitler, se prohibió cualquier tipo de historietas, por lo que se estancó el desarrollo.

BELGICA
Una de las tiras más famosas es "Tintín", creada por Georges Rémi (alias Hergé). El primer número de las aventuras de Tintín apareció en de enero de 1929, como "Tintín en el país de los Soviets". Los personajes principales de la tira son Tintín y su perrito Milú, el capitán Haddock, Bianca Castafiore, los detectives Hernández y Fernández, el profesor Tornasol y el mayordomo Néstor. Fue publicada con mucho éxito en Francia.

En 1938 nace una de las más importantes publicaciones de cómic que existen: el semanario "Spirou", que dio confianza y espacio para que muchos autores desarrollaran su estilo en sus páginas. Allí se destacaron personajes como el mismo Spirou (de Rob-Vel y Davine, en 1938), Lucky Luke (de Morris, en 1947), Gastón Lagaffe (de André Franquin, en 1957), los Schtroumpfs, más conocidos como Los Pitufos (de Pierre Culliford, "Peyo", en 1958), Boule y Bill (de Jean Roba, en 1959), y muchos más.

FRANCIA
En francés, el cómic se denomina "bande dessinée". Recién es en el siglo XX que las historietas propiamente dichas comienzan a publicarse en las revistas. En el año 1934 apareció la primera tira cómica diaria: "Las aventuras del profesor Nimbus", un sabio despistado, que era una creación de André Daix.

En 1959 aparece la revista Pilote, publicación semanal que daría a conocer a dibujantes tan diferentes como Uderzo y Goscinny (los creadores de Astérix y Obélix,), Gotlib (y sus famosos Dingodossiers), Moebius (creador del sargento Blueberry, en 1963), Cabu, Charlier, etc. durante esos cinco años, Pilote fue la mejor revista de cómic que nunca tuvo Francia. En 1972 se crea la editorial Futuropolis (desaparecida en 1994).

Futuropolis publicó cerca de 450 obras, y dio a conocer o apoyó a 200 autores, entre ellos Enki Bilal, Baudoin, Tardi, etc. Justamente, el mencionado Jacques Tardi fue el creador, en el año 1976, del personaje de Adèle Blanc Sec , una muchacha cuya profesión bien puede ser la de periodista como la de escritora. Desde 1973 se desarrolla el Festival d'Angoulême, que es "el" festival francés del cómic, y que se ha convertido en una institución anual y en la cita europea obligada para todos los amantes de la historieta.

ITALIA
La historieta italiana (fumetti) nació en diciembre de 1908, en el "Corriere dei piccoli", con tiras dedicadas a los niños; los pioneros fueron Antonio Rubino (y su obra "Pippotto e Barbabucco") y Attilio Mussino (con "El negrito Bilbolbul"). La historieta italiana de aventuras surgiría en los años treinta, y durante la segunda guerra mundial se lanzaría "Dick Fulmine" (1938, de Bono y Gori) y "Romano el Legionario". Posteriormente llegaría Hugo Pratt con "L'Asso di Picche" (una mezcla de Batman y el Fantasma), y, ya en 1967, con "Corto Maltesse", donde, con un dibujo sobrio, exacto y muy expresivo, narraría aventuras dentro del más refinado estilo de los años treinta. Con la aparición de "Valentina" (del año 1965) de Guido Crepax, florecería la industria del cómic erótico, especialidad donde se destacaría luego, entre otros, Milo Manara. A partir de los años setenta se desarrollaría de forma extraordinaria el cómic-social.

SUIZA
Tuvo a uno de los pioneros: Rudolphe Topffer, que era un profesor de Ginebra. En 1837 Topffer expresó las reglas elementales de la historieta: "Se compone, de una serie de dibujos auto biografiados al trazo, cada uno de estos dibujos va acompañado de una o dos líneas de texto. Los dibujos sin estos textos sólo tendrían una oscura significación, el texto sin los dibujos no significa nada", sus obras se publicaban en álbumes horizontales con una tira de viñeta, en sus cómics "Les amours de M. Vieux Bois", de 1827, y "Le docteur Festus". En 1837 se publica su primera historieta en láminas. Entre los personajes famosos del cómic Suizo de los primeros tiempos estuvieron "Globi" (del año 1932, de Schiele y Lips) y "Papá Moll" (del año 1955, de Oppenheim-Jonas). ¿Un personaje actual? Podemos citar al niño “Titeuf” , quien fuera creado por “Zep” en el año 1991, y que se hiciera muy popular también en los demás países francófonos.

INGLATERRA
Los orígenes se remontan al siglo XVIII con Francis Barlow, quien utilizó bocadillos parecidos a banderas o rúbricas en sus hojas de propaganda de "El espantoso asunto infernal de los papistas". Luego, los vicios y los disparates sociales de la época fueron satirizados en "La historia de una prostituta", de William Hogarth, la primera de sus ilustraciones morales sobre asuntos modernos, presentados en colecciones de grabados para ser leídos en secuencia como un relato. Con el tiempo se fueron perfeccionando los bocadillos con lenguaje hablado, en especial en los dibujos de James Gillray.

En 1809 llegó, por parte de T. Rowlandson, una serie de aventuras de un personaje dibujado: "El viaje del Doctor Syntax". En 1867 llegaría lo que muchos consideran como el primer personaje del cómic inglés: "Ally Sloper", creado por Charles Ross, con dibujos de Marie Duval. En 1890 fue el auge de las revistas de comics, con el primer número de "Comic cuts" (editado por A. Harmsworth). A partir de 1904 W. Haseldem hizo evolucionar la tira diaria de carácter político. Sin embargo, las tiras cómicas llegaron tarde a los periódicos británicos, y, al principio, estaban dirigidos a los niños, con personajes como "Teddy Tail" (1915) y "Rupert" (1920), todos con el texto impreso debajo. Luego llegó "Pop" (de Watts, en 1921), con el texto en globos. En 1932 Norman Pett crea su famosísima "Jane". En 1957 aparece, en el Daily Mirror, "Andy Capp" (de Reg Smythe). Entre 1950 y 1969, se publicó, en la revista "Eagle", a "Dan Dare", de Frank Hampson. Más recientes son las feroces sátiras políticas de Steve Bell tituladas "If".

viernes, 5 de febrero de 2010

Recordando a Èmile Cohl


Definir algo en una sola frase es muchas veces difícil, sin embargo encontramos algunas excepciones, tal es el caso de la animación. Si hablamos de animación podremos definirla en una sola frase: Émile Cohl.

Émile Cohl ostenta el muy preciado titulo de padre de la animación e inventor del dibujo animado, incluso fue primero que Walt Disney. Fue creador de la animación y sus diversos géneros, fundador del dibujo animado cinematográfico, un gran caricaturista y colaborador de todos los periódicos cómicos de la época. Su primer trabajo “Fantasmagorie” estrenado en 1908 es el primer dibujo animado de la historia, se componía de 700 dibujos y el corto tenía una duración de 2 minutos. En él se empleaba la animación con tiza, pero sin usar negativos ni impresos en papel en blanco, todo dibujado directamente sobre una pizarra.

Lo destacable del trabajo de Émile Cohl está en que escribe los argumentos de las películas mientras los va rodando. Así, lo que hacía era colocar un dibujo delante de la cámara, lo fotografiaba, lo calcaba en otra hoja con unos ligeros cambios, e iba fotografiando cada dibujo hasta el final. Pensemos que estamos a principios de siglo, y que esta técnica era algo innovador para la época. Realizar este proceso suponía que las imágenes no temblaban y el argumento fuera espontáneo. Sin embargo, el problema residía en que Cohl tenía que calcular los plazos de realización de la película con antelación, lo que demandaba para el proceso de desarrollo de la misma mucha dedicación y tiempo.

La idea de Émile Cohl no fue solamente una intuición sino el comienzo de un arte que él llevó tan lejos como los medios de la época se lo permitieron (vale decir, sin color ni sonido) e incluso hasta los límites extremos de lo cómico y de lo surrealista. Abre el camino de la fantasía y de los mundos oníricos. Cohl, además, no animaba objetos sino caracteres autónomos con personalidad propia, de ahí que se le considere el precursor específico de los cartoons.